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lunes, 4 de julio de 2011

MIEDO:
una palabra como cualquier otra, pero con diferentes etapas.
De niños tenemos miedo, miedo de los monstruos que puedan salir de debajo de la cama, del armario, de que nos raptaran y nos llevaran lejos como en los cuentos.
De adolescente, ese tipo miedo se convierte en miedo a que no te dejen salir, a suspender un examen, o por ejemplo miedo al amor, miedo a ENAMORARSE. Puede que muchos no lo tengan y no puedan entenderlos, pero para el que lo tiene ese miedo es el que se te agarra en el estomago y no te deja hacer nada. Miedo a quererle, miedo a decirle que lo quieres, miedo a perderlo, a que se olvide de ti, a que ya no te quiera, miedo a verle con otra, miedo a que salga mal. Y supongo que preferimos tener ese miedo y así perderlo todo, que a enfrentarnos a él.
Preferimos dejar escapar las mejores oportunidades de nuestra vida, de ser feliz de quererle de que te quiera, por ese miedo. Ese miedo que siempre va a estar hay si no lo enfrentamos.

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